¿Por qué se pelean los hermanos pequeños?

Las peleas entre hermanos son una experiencia común, especialmente con niños y niñas pequeños/as. Sin embargo, entender las razones detrás de estos conflictos puede marcar la diferencia para las familias a la hora de gestionarlos con éxito.

Causas más frecuentes de peleas entre hermanos y propuestas para prevenir/resolver

Competencia por la atención de los padres

Desde muy pequeños, niños y niñas buscan constantemente la validación y el cariño de sus padres. Cuando perciben que no están recibiendo la misma atención que su hermano o hermana, pueden reaccionar con celos o comportamientos competitivos.

Dedica momentos exclusivos a cada niño o niña. No hace falta que sean grandes bloques de tiempo; leer juntos un cuento o hablar sobre su día mientras lo acuestas puede ayudarle a sentirse visto y valorado.

Diferencias en las etapas de desarrollo

En hogares con niños de distintas edades, es habitual que el hermano mayor se frustre porque el menor no sigue las mismas reglas o no comparte sus intereses. Del mismo modo, el menor puede intentar imitar al mayor, lo que puede generar choques.

Ajusta tus expectativas y sea flexible según la etapa de desarrollo de cada niño o niña. Por ejemplo, establece tareas o responsabilidades adaptadas a su edad para evitar comparaciones innecesarias.

Dificultades para expresar emociones

Los niños pequeños están aprendiendo a gestionar emociones como la frustración, el enfado o los celos y aún no tienen desarrollado el lenguaje verbal para expresarse, lo que a menudo se traduce en peleas. Esto no significa que haya un problema grave, sino simplemente que están aprendiendo.

Enseña a tus hijos e hijas a nombrar sus emociones. Frases como: “Parece que estás enfadado porque tu hermano ha cogido tu juguete. ¿Quieres que te ayude a resolverlo?”, les ayudan a entender y expresar lo que sienten.

Exploración de límites y roles familiares

Las peleas pueden ser una forma de probar los límites dentro de la familia. A través de estas interacciones, los hermanos pequeños descubren qué comportamiento es aceptable y qué consecuencias tienen sus acciones.

Establece reglas claras para la convivencia familiar, como “no se permite pegar” o “todos respetamos los turnos”. Sé coherente con las consecuencias si estas normas no se cumplen, pero también refuerza positivamente los momentos en los que colaboran o se tratan con respeto.

Peleas entre hermanos: un fenómeno normal y necesario

Es importante recordar que las peleas no son necesariamente un signo de una mala relación entre hermanos, sino parte de su aprendizaje social. Estas experiencias los preparan para lidiar con conflictos en el futuro, ya sea en la escuela o en otras interacciones sociales.

Los conflictos entre hermanos, aunque parezcan negativos, ayudan a construir resiliencia. A través de estos enfrentamientos, los pequeños y pequeñas aprenden a manejar la frustración, aceptar pérdidas y comprometerse, habilidades esenciales para la vida adulta.

Refuerza la idea de que está bien sentirse molesto, enfadado, frustrado, etc., pero que hay formas constructivas de manejar esas emociones. Puedes decir: “Es normal estar enfadado, pero no está bien pegar. Vamos a buscar otra forma de arreglar esto.”

A medida que crecen, los niños y niñas desarrollan herramientas para resolver diferencias y, como padres, tenemos la oportunidad de guiarlos en este proceso para que sus enfrentamientos sean menos frecuentes y más constructivos.

Niña pequeña con expresión de enfado y labios fruncidos, vistiendo un pijama rosa. Está en la cama sujetando una manta, mientras otra mano, posiblemente de otro niño, se acerca a ella. El fondo muestra una habitación con una pared azul y una mesa blanca.

¿Cómo promover una buena relación entre hermanos pequeños?

Aquí tienes estrategias prácticas y efectivas para fomentar una conexión saludable entre hermanos pequeños.

Fomenta la cooperación y no la competencia

Cuando los niños sienten que están compitiendo constantemente por la atención o el afecto de los padres, los conflictos tienden a intensificarse. Cambia este enfoque promoviendo actividades cooperativas que refuercen el trabajo en equipo.

Propón tareas que puedan realizar conjuntamente, teniendo en cuenta las diferentes edades, como construir una torre de bloques o realizar un dibujo entre los dos, en lugar de enfocaros en quién lo hace mejor. Puedes decir: “¿Qué os parece si trabajáis juntos para terminar este puzzle?”

Refuerza los momentos positivos

Es fácil centrar la atención en las peleas, pero no olvides celebrar cuando se llevan bien. Refuerza estos momentos para que entiendan que colaborar y cuidarse mutuamente, también es reconocido y valorado.

Cuando veas que comparten un juguete o se ayudan mutuamente, comenta: “¡Qué bien os estáis llevando! Es genial veros trabajar juntos.”

Dedica tiempo individual a cada niño o niña

Asegúrate de que cada hijo o hija tenga su propio tiempo contigo. Esto no solo refuerza su autoestima, sino que también reduce los celos que podrían intensificar los conflictos.

Planea pequeños momentos especiales, como un paseo con uno de ellos o leer juntos un cuento favorito, mientras el otro disfruta de su propio tiempo para explorar o jugar.

Enseña habilidades de resolución de conflictos

Los niños pequeños necesitan aprender a gestionar sus emociones y resolver problemas sin recurrir a las peleas. Como padres, podéis actuar como guías para enseñarles a resolver sus diferencias de forma pacífica.

Crea un espacio neutral donde puedan expresar sus sentimientos. Por ejemplo, utiliza una frase como: “¿Por qué no le cuentas a tu hermano cómo te sientes y luego le dejamos hablar a él?”. Ayúdales a encontrar soluciones juntos.

Establece momentos familiares especiales

Los recuerdos compartidos pueden fortalecer los lazos entre hermanos. Proporciona oportunidades para que la familia pase tiempo junta disfrutando de actividades que generen alegría y unión.

Planea noches de juegos, excursiones al parque o actividades creativas como pintar o cocinar juntos. Estos momentos ayudan a construir una base emocional positiva entre ellos.

Ayuda a los hermanos a comprender sus diferencias

Cada niño tiene su propia personalidad, intereses y ritmo de desarrollo. Ayudarles a aceptar y valorar estas diferencias puede prevenir muchos conflictos.

Explícales que no todos tienen que ser iguales. Por ejemplo, puedes decir: “A tu hermana le gusta dibujar y a ti te encanta correr. ¡Todas las personas somos diferentes!”.

Sé un modelo de comportamiento respetuoso

Los niños observan y copian lo que ven en casa. Si tú resuelves los conflictos con calma y respeto, ellos aprenderán a hacer lo mismo.

Muestra cómo resolver desacuerdos con tu pareja u otros adultos en la familia de manera constructiva. Explica lo que haces: “Estoy escuchando su opinión y ahora él escuchará la mía”.

Cuando las peleas entre hermanos deberían preocuparnos

Aunque la mayoría de los conflictos entre hermanos son normales, es importante estar atentos si:

  • Hay agresión física constante.
  • Uno de los hermanos se siente siempre intimidado o inseguro.
  • Las peleas interfieren con el bienestar general de los niños.

En estos casos, podría ser útil buscar la orientación de un profesional, como un psicopedagogo, para garantizar que ambos niños se sientan apoyados y comprendidos.

La importancia de actuar a tiempo

Reconocer y abordar la rivalidad entre hermanos no solo mejora la convivencia familiar, sino que también sienta las bases para relaciones más fuertes y saludables en el futuro.

En El Mundo de Mozart, contamos con un gabinete psicopedagógico especializado que apoya a las familias en estos retos, asegurándonos de que cada niño/a reciba el apoyo que necesita.

¿Os habéis encontrado con estas situaciones en casa? ¡Compartid vuestras experiencias con nosotros! Juntos, podemos ayudaros a construir un entorno familiar lleno de armonía y comprensión.

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